Con
el trabajo en equipo no solo se logra ahorro de tiempo, sino también mejores
resultados.
Debemos
considerar el trabajo en equipo como una práctica sistematizada y bien
reglamentada, donde el logro de objetivos es más exitoso, ya que cuando dos o
más trabajadores aúnan sus fuerzas adquieren habilidades adicionales, estas
habilidades suelen adquirirse por observación o porque sus mismos compañeros se
las enseñan.
Es
un una inversión de futuro, un pilar fundamental del progreso social y del
desarrollo humano, tanto personal, como académico o profesional. El grupo
ejerce una poderosa influencia sobre el individuo, contribuyendo al crecimiento
y desarrollo de su propia identidad.
En
ese equipo todos sus miembros son importantes, aunque lograr acoplarse al cien
por cien es una tarea ardua y complicada, pero una vez que se logra, el equipo logra
una fuerza enorme.
La
capacidad para trabajar en equipo es, sin duda, una de las competencias más
valoradas cuando se trata de hacer crecer una organización, ya que se divide el
trabajo y se multiplican los resultados. La comunicación y la información
compartida son básicas, porque trabajar en equipo requiere de la colaboración,
el reconocimiento mutuo y el compañerismo en el trabajo. Para ello se deben
organizar los roles, se deben marcar unas dinámicas de trabajo que garanticen
la estabilidad laboral y hacer una gestión de equipo adecuada.
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